La movilidad académica internacional es un catalizador de la renovación / Times Higher Education
La movilidad académica internacional ha sido una piedra angular de las universidades, y se remonta a los siglos XII y XIII cuando comenzó a florecer en toda Europa. Con una clara comprensión de los múltiples beneficios de la movilidad académica y del rico y diverso entorno de aprendizaje que creó, la Universidad de Bolonia, la universidad más antigua de Europa, adoptó la Constitutio Habita, una carta académica que aseguraba y protegía los derechos y la libre circulación de un erudito itinerante en búsqueda de educación. El concepto de “libertad académica” al que se hace referencia hoy en día proviene de la idea de esta carta.
La movilidad adquirió una dimensión más amplia con el surgimiento del humanismo en Europa a finales de los siglos XV y XVI. Académicos y científicos como Copérnico, Vesalio y el humanista y filósofo holandés Desiderio Erasmo comenzaron a acudir a las universidades de los países vecinos para sumergirse en nuevas culturas y descubrir nuevas fuentes de conocimiento y perspectivas renovadas sobre el mundo físico y espiritual.
El latín, lingua franca de la enseñanza universitaria de la época, facilitó enormemente la movilidad, como lo hace el inglés en la actualidad, e hizo posible la polinización cruzada de pensamientos e ideas que dio lugar a un renacimiento europeo marcado por el redescubrimiento de la filosofía, el arte y la literatura clásicos.
Más tarde, los viajes por mar dieron paso al surgimiento de universidades en nuevos continentes, ampliando aún más las oportunidades de movilidad académica internacional y reforzando la importancia y la necesidad de compartir conocimientos.
No podemos negar el enorme impacto que la internacionalización ha tenido en las universidades nacionales a lo largo del tiempo. Durante las últimas tres décadas, las colaboraciones transfronterizas en materia de investigación han dado lugar a enormes avances en la ciencia y la salud, la ingeniería y la tecnología, las ciencias sociales y empresariales y muchos otros campos.
Las principales industrias han logrado expandirse a nivel mundial gracias a la posibilidad de reclutar diversos talentos de universidades de todo el mundo. Los campus también se han convertido en plataformas en las que jóvenes dedicados y ambiciosos de orígenes multidisciplinarios y multiculturales se reúnen y crean nuevas empresas que revolucionan los mercados y los sectores. A través de programas de becas y nuevos formatos en línea, las universidades también han tenido impacto y mejorado el acceso más allá de sus fronteras. Evidentemente no hay sustituto para el enriquecedor ambiente de aprendizaje y enseñanza hecho posible a través de la internacionalización de las instituciones de educación superior.
La movilidad académica internacional en todas sus formas ha tenido momentos de gran crecimiento, pero también ha sufrido muchos reveses. Aunque el impacto de las agendas políticas e internacionales sobre las instituciones de educación superior ha sido constante a lo largo del tiempo, en los últimos años el sector ha sido testigo de tensiones crecientes en torno a la movilidad como resultado del aumento del populismo, las tendencias nacionalistas y los fuertes discursos anti-inmigración en los debates públicos.
Las restricciones impuestas a la movilidad internacional en determinados países y regiones han influido en las decisiones de los mejores profesores y estudiantes talentosos sobre dónde estudiar o continuar con sus carreras académicas. Debido a estas limitaciones, las asociaciones y alianzas interculturales entre universidades se han vuelto más necesarias que nunca. Los programas de movilidad como Erasmus+ han permitido a los estudiantes y educadores obtener competencias internacionales e interculturales que aumentan el desarrollo personal y profesional.
La actual pandemia de Covid-19 ha alterado la educación superior tal como la conocemos y ha puesto en tela de juicio los modelos educativos de muchas universidades. Aún no está claro hasta qué grado la movilidad transfronteriza se verá afectada en este nuevo paradigma, aunque es posible que las universidades estén experimentando una importante disminución en la matrícula de estudiantes extranjeros y en la contratación de académicos internacionales.
Muchos programas de estudio en el extranjero y otras actividades transfronterizas para estudiantes y profesores también han sido cancelados, al menos en un futuro próximo. A pesar de estos reveses, la crisis actual ha despertado nuevas oportunidades para la educación y las colaboraciones transfronterizas a través del uso de la tecnología. La pandemia por la Covid-19 también ofrece la oportunidad de reiniciar y remodelar la movilidad académica, haciéndola más inclusiva y más sostenible desde el punto de vista ambiental.
La sostenibilidad es una prioridad global y necesitará soluciones globales. Al comprometerse a educar a estudiantes responsables y de mentalidad global, las universidades pueden ayudar a navegar esta crisis y contribuir a construir un mundo más sostenible y equitativo.
La larga lista de preocupaciones apremiantes para la mayoría de las universidades en este momento no puede evitarse, y habrá que hacer concesiones. Tendremos que trabajar para que nuestros campus sean seguros para nuestros profesores, estudiantes y personal, aplicando los protocolos necesarios y tomando las medidas apropiadas para reducir los riesgos, a fin de allanar el camino para la plena recuperación de nuestras actividades educativas. Pero en el proceso no podemos perder de vista la importancia de mantener viva la colaboración y la movilidad, incluso mientras nos adaptamos a nuestra nueva realidad.
La movilidad académica internacional ha resistido muchas tormentas desde sus comienzos y es muy probable que se enfrente a nuevas amenazas y desafíos en los años venideros. Pero con cada obstáculo que se supere y cada amenaza que se apacigüe, las universidades habrán adquirido mayor resistencia, agilidad y conciencia. El intercambio de conocimientos y la movilidad transfronterizos son fundamentales para las instituciones de enseñanza superior y deben preservarse. Las universidades deben trabajar conjuntamente con las administraciones públicas para garantizar que esto se cumpla.
Como líderes de instituciones en todo el mundo, nos comprometemos con los siguientes elementos de una visión compartida:
– Asegurar la colaboración transfronteriza y el fomento de talentos diversos y de mentalidad global, con especial atención a la sostenibilidad;
– El mantenimiento y el fomento del intercambio transfronterizo de conocimientos para el bienestar colectivo de la sociedad;
– Aprovechar la tecnología en la educación superior para permitir los máximos niveles de interconexión y explorar formas más ecológicamente sostenibles y equitativas de conectar a través de las fronteras;
– Esfuerzos de colaboración dentro del ecosistema de educación superior para racionalizar los flujos transfronterizos de talento y conocimientos;
– Colaboración mundial para determinar protocolos eficaces relacionados con la salud que garanticen la seguridad de los campus universitarios y, al mismo tiempo, faciliten la movilidad internacional;
– Políticas, acciones y actividades de diversidad e inclusión firmemente arraigadas y sostenidas en todas nuestras instituciones educativas. Liderando a través del ejemplo, fomentaremos y promoveremos la tolerancia, el respeto e la igualdad, tan necesarios en nuestras comunidades académicas y el sector de la educación superior en general.
Fred Swaniker, fundador, African Leadership University, Islas Mauricio
Fadlo R. Khuri, presidente, American University of Beirut, Líbano
Christina Paxson, presidente, Brown University, EEUU
Rutger Engels, rector magnificus, Erasmus University Rotterdam, PaísesBajos
Ahmad M. Hasnah, presidente, Hamad Bin Khalifa University (HBKU), Qatar
Lawrence S. Bacow, presidente, Harvard University, EEUU
KoichiTadenuma, presidente, Hitotsubashi University, Japón
Santiago Iñiguez, presidente, IE University, España
Edward Byrne, presidentey director, King’s College London, Reino Unido
UmranInan, presidente, Koç University en Estanbul, Turkía
Andrea Prencipe, rector, Luiss University, Italia
Anthony Grayling, master, New College of the Humanities, Reino Unido
Martin Paul, presidente, Maastricht University, PaísesBajos
Ignacio Sánchez Díaz, rector, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile
Liu Wei, presidente, Renmin University of China, China
Frédéric Mion, presidente, Sciences Po, Francia
Lily Kong, presidente, Singapore Management University, Singapur
David Garza, rector and presidente-electo, Tecnológico de Monterrey, México
Dame Minouche Shafik, directora, London School of Economics and Political Science, ReinoUnido
Peter Mathieson, presidente, The University of Edinburgh, Reino Unido
Alejandro Gaviria Uribe, rector, Universidad de los Andes, Colombia
Federico Valdés, rector, Universidad del Desarrollo, Chile
Felipe Portocarrero, rector, Universidad del Pacífico, Perú
Lucas Grosman, rector, Universidad de San Andrés, Argentina
Carlos Montufár, rector, Universidad San Francisco de Quito, Ecuador
João Sàágua, rector, Universidade NOVA de Lisboa (NOVA), Portugal
Gianmario Verona, rector, Università Bocconi, Italia
Isabelle Huault, presidente, Université Paris Dauphine-PSL, Francia
Santa Ono, presidente, University of British Columbia (UBC), Canadá
Mamokgethi Phakeng, vice-rector, University of Cape Town, Suráfrica
Julio Frenk, presidente, University of Miami, EEUU
EdeltraudHanappi-Egger, rector, Vienna University of Economics and Business, Austria
Peter Salovey, presidente, ale University, EEUU
Esta es una versión editada de la declaración conjunta emitida en la Conferencia sobre Reinvención de la Educación Superior en la Universidad IE el 29 de junio de 2020.
Traducción libre al español del original publicado por Times Higher Education.
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