Foro político de alto nivel Amenazas Sistémicas y Educación Superior
El V Foro Universitario de las Américas y el Caribe para la RRD: “Gestión de la Sostenibilidad y Resiliencia en la Educación Superior”, organizado por la Red Universitaria de las Américas y el Caribe para la Reducción de Riesgos de Desastre (REDULAC/RRD), se llevó a cabo los días 28, 29 y 30 de septiembre de 2020. El evento abordó las perspectivas para el sector de la Educación Superior ante la amenaza biológica, sistémica, sinérgica, sincrónica y global que se vive actualmente como consecuencia de la pandemia del COVID-19; así como los avances y aportes realizados por los organismos regionales para contribuir con la continuidad y futura reapertura de las universidades.
Nahuel Arenas, jefe adjunto para las Américas y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres (UNDRR), inició su participación abordando las amenazas sistémicas, con una visión global y regional. Para ello destacó la importancia de la gobernanza del riesgo, la consideración del lema #LaPrevenciónSalvaVidas como una estructura de planificación y la necesidad de abordar a tiempo las coyunturas existentes.
El director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), Francesc Pedró, presentó el informe sobre el impacto del la COVID-19 en las instituciones de educación superior (COVID-19 y educación superior: De los efectos inmediatos al día después. Análisis de impactos, respuestas políticas y recomendaciones).
Hace seis meses aproximadamente 25 millones de estudiantes en América Latina (AL) y más de 200 millones en el mundo tuvieron que adherir el plan de educación de emergencia, donde pasaron de tener una interacción y relación cara a cara con sus compañeros y profesores, a depender de los recursos disponibles para conectarse a una app para recibir clases. Es importante resaltar que solo el 51% de los hogares en AL cuenta con las condiciones ideales para recibir clases a distancia.
Por otra parte, las investigaciones levantadas por el IESALC demuestran que los estudiantes de América Latina tienen un problema con la autoregulación del aprendizaje, se les complica organizar sus horarios de estudio al no encontrarse en los pasillos y aulas de sus instituciones universitarias.
Los impactos a corto y mediano plazo presentados en estudios del IESALC pueden resumirse en:
- Evolución de la demanda en U o en W.
- Crisis de la oferta, donde se encuentra la reducción de aranceles, cierres de centros universitarios y en consecuencia el despido del profesorado.
Así mismo, el informe muestra las oportunidades para superar los retos que derivan de la pandemia como lo es la redefinición de la docencia. ¿Cómo? Abriendo espacios para la hibridación metodológica, donde la tecnología constituiría uno de los escenarios, pero no el único, ya que como seres sociables, necesitamos de la interacción con otros de manera presencial siempre respetando los protocolos de seguridad biológica que esta “nueva normalidad” exige.
Sin embargo, las instituciones deben prepararse para lo que puede ser un impacto importante en términos económicos, al presentarse una reducción del gasto público en la educación superior. Es por ello que la comunidad universitaria debe tener listo su mensaje como agente de cambio, subrayar la importancia y relevancia del trabajo que surge desde su seno, logrando con esto un cambio social en cada uno de los países de la región.
Por último, Pedró recordó el valor que se demanda desde la UNESCO de no dejar a ningún estudiante atrás, la educación debe continuar para todas y todos.
Omar Bello, Coordinador de la Unidad de Desastres y Desarrollo Sostenible de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destacó en su presentación tres puntos: los impactos económicos mundiales, los impactos socioeconómicos en América Latina y el Caribe, y una visión del futuro.
“La magnitud de la crisis aún es incierta. La COVID-19 es una pandemia en pleno desarrollo. Ante la implementación de cuarentenas, la demanda se ha visto afectada, los ingresos mermados y ha ocasionado cambios en los hábitos de consumo”.
Con respecto a América Latina y el Caribe, las cifras que maneja la CEPAL son poco alentadoras, si bien presentarán sus cifras definitivas en noviembre de este año 2020, se puede adelantar que el impacto en la región es de -5.3%, una cifra bastante alarmante ya que estos números no se habían presentado en la región en los últimos 50 años.
El impacto social como era de esperarse no mejora, la CEPAL proyectó que al menos 2.7 millones de empresas formales cerrarán, de las cuales 2.6 millones son microempresas y pymes.
Para concluir, Bello destacó que para que la CEPAL pueda reconstruir mejor en el contexto latinoamericano y caribeño, se debe reconstruir con igualdad, cambiar patrones productivos y cerrar las brechas tecnológicas. Para lograrlo es necesario continuar con la educación, tener acceso a capacidades y oportunidades y contar con recursos.
Vea el webinar a través del Facebook de la Red Universitaria de las Américas y el Caribe para la reducción de riesgo de desastres (REDULAC/RRD).
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