La pandemia del COVID-19 impulsa a las universidades latinoamericanas a investigar los efectos de la pandemia
Pilar de la sociedad, necesaria para el desarrollo científico, tecnológico e innovación, la universidad latinoamericana busca acercarse a la sociedad
Versión original en portugués por Marcílio Lana | Las instituciones de educación superior (IES) en América Latina y el Caribe comparten realidades similares. Consideradas como pilares del conocimiento, las IES son reconocidas como necesarias para la transformación social y la promoción del desarrollo en sus regiones. Sin embargo, su rango de acción es limitado debido a la escasez y/o inconsistencia de los mecanismos de financiamiento público, y aún enfrentan obstáculos político-institucionales para el ejercicio de su autonomía. Este panorama se puede presentar como síntesis del II Foro Virtual de Rectores sobre el papel de las universidades en la ciencia, la tecnología e innovación: Desafíos y oportunidades.
El webinar, realizado el 10 de diciembre de 2020, por el Foro CILAC y el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), se llevó a cabo en el marco de la presentación del Informe de Investigación y vínculo con la sociedad en universidades de América Latina, elaborado por el Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad de la OEI, como aporte a las discusiones del Foro CILAC. Este evento da continuidad al debate iniciado en el Primer foro virtual sobre los desafíos y oportunidades de la educación superior en tiempos de COVID-19, que tuvo lugar el 28 de Mayo de 2020, y con los próximos webinars del Foro CILAC.
El evento contó con las participaciones de Lidia Brito, directora de la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la UNESCO (Montevideo); Zully Vera Galván, rectora de la Universidad Nacional de Asunción, quien también representó a la presidencia de la Asociación de Universidades Grupo de Montevideo (AUGM); Francesc Pedró, director de UNESCO IESALC; Mario Albornoz, investigador principal del área de políticas, ciencia y tecnología del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS); Edna Bonilla, Secretaria de Educación de la Ciudad de Bogotá; Alma Herrera Márquez, rectora del Instituto de Estudios Superiores “Rosario Castellanos” de la Ciudad de México; y Fernando Peirano, presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de Argentina. La moderación estuvo a cargo de José Antonio Quintero, coordinador de programas de UNESCO IESALC.
Divorcio y derecho
Mario Albornoz afirmó que, al igual que la UNESCO, la OCTS percibe a la ciencia como un derecho, un derecho al ejercicio de la ciudadanía. Afirma que América Latina espera mucho de sus universidades, espera impulso y conocimiento como recurso estratégico para lograr un desarrollo equitativo y sostenible. Pero, para el investigador, “el progreso científico también plantea numerosos problemas éticos que se deben considerar”.
Según Albornoz, uno de los desafíos a enfrentar es la distancia que existe entre la sociedad y la academia. Para él, todavía existe un divorcio entre los objetivos de las universidades y las demandas sociales. “Una lección que podemos aprender de estos días de pandemia es que las universidades han centrado su atención en esta crisis. Ellas, las instituciones de educación superior, necesitan apoyar a la sociedad de manera efectiva para que tengamos la capacidad de anticiparnos a los fenómenos naturales y sociales”.
Según el investigador, el 45% de las universidades brasileñas ha publicado artículos sobre el cómo afrontar el COVID-19; en Colombia, 21%; en Paraguay, 16%; en Chile, 15%; en México, 14%; y en Argentina, el 12% de los trabajos académicos han adoptado el combate a la pandemia como objeto de investigación. “La gran mayoría de la producción latinoamericana es producida por investigadores universitarios, pero un tercio de las investigaciones se origina por demandas externas. Es necesario acabar con este divorcio”.
Incertidumbres y oportunidades
“La mitad de las universidades está convencida de que las posibilidades de inversión en investigación tenderán a disminuir después de la pandemia”, opina el director del IESALC, Francesc Pedró, quien considera que la cooperación internacional en ciencia, investigación y desarrollo debe ser vista como un ventana de oportunidades. “Hay países donde los esfuerzos cooperativos comenzaron después de la pandemia, como Australia, Canadá, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos ”, ejemplificó. Francesc Pedró cree que el compromiso de la comunidad científica, que ha buscado respuestas y soluciones a los problemas que enfrenta la sociedad, puede superar los obstáculos geopolíticos y definir una nueva perspectiva de ciudadanía global, bien informada gracias a la ciencia. Pero Pedró también lamenta que en la región de América Latina y el Caribe, compartir esfuerzos todavía no parece ser una prioridad para los investigadores y las instituciones.
Sin embargo, la aproximación entre universidades y demandas sociales tropieza con dos obstáculos: escasez y/o inconsistencia de los mecanismos de financiamiento público y barreras político-institucionales para el ejercicio de la autonomia universitaria. La curva de crecimiento de la población estudiantil aumentó, como se destacó en el primer foro. La tasa bruta de matrícula mundial (porcentaje de la población matriculada en relación con la población total de un grupo de edad determinado) subió de 19% a 38%, entre 2000 y 2018. En la región de América Latina y el Caribe, que presentó el segundo mejor resultado del mundo, la tasa pasó del 23% al 52% y no se acompañó de inversiones.
Para Zully Vera Galván, rectora de la Universidad Nacional de Asunción, el financiamiento público es uno de los principales obstáculos para las universidades públicas de la región. “Las inversiones en nuestros países son muy bajas en comparación con la Unión Europea”, dijo. Para la representante de la AUGM, la creación de espacios e iniciativas internacionales de reflexión y cooperación son muy bien recibidas.
La directora de la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la UNESCO, Lidia Brito, acogió con agrado las buenas prácticas presentadas por los ponentes Edna Bonilla, Alma Herrera Márquez y Fernando Peirano (acceda al video para seguir las experiencias de la Secretaría de Educación del Distrito de la Ciudad de Bogotá, el Instituto de Estudios Superiores “Rosario Castellanos” de la Ciudad de México y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de Argentina). “Son caminos. Me parece que esto es lo que debemos hacer. Tenemos que organizarnos y abrir nuestra articulación con los gobiernos, creando espacios de diálogo. Esta es una plataforma que queremos crear y fortalecer en un diálogo que apunte hacia la educación, la ciencia y la tecnología para la transformación social ”, concluyó.
Acceda al Informe Investigación y vínculo con la sociedad en universidades de América Latina.
Foto de Foca Lisboa.
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