Comprender el acceso a la educación superior en las dos últimas décadas
En noviembre de 2020 se presentó un estudio reciente elaborado por UNESCO IESALC titulado Towards universal access to higher education: international trends (Hacia el acceso universal a la educación superior: tendencias internacionales). El estudio examina las dos últimas décadas para cartografiar y analizar el acceso global a la educación superior (ES) y las principales tendencias que conlleva.
Evolución de la matrícula en educación superior desde 2000 hasta 2018
En los últimos veinte años, la tasa bruta de matriculación en la educación superior (ES) en todo el mundo casi se duplicó, pasando del 19% al 38% entre 2000 y 2018. El número de estudiantes actualmente matriculados en la educación terciaria (universitaria y no universitaria) es el 38% de la población total del grupo etario correspondiente a los cinco años inmediatos a la graduación de la escuela secundaria. Sin embargo, también hay que señalar que existe una brecha entre las tasas de matriculación y de graduación en la educación superior. Por consiguiente, los países deben prestar atención tanto a las tasas de deserción como a las tasas de progresión, logrando no sólo altas tasas de matrícula, que miden el proceso, sino también altas tasas de graduación, que miden el resultado de sus esfuerzos. Algunos de los países con los aumentos más rápidos en las tasas de graduación en comparación con sus respectivas regiones en el período estudiado son: Irán, que triplicó con creces su tasa de graduación; Mongolia, que pasó de menos del 18% en 1999 a más del 51% en 2018; Albania, que la multiplicó por cuatro; Colombia, que pasó de menos del 5% en 2002 a más del 25% en 2018; y Arabia Saudita, que la aumentó del 11% en 1999 al 41% en 2019.
Este aumento mundial presenta grandes disparidades regionales, aunque todas las regiones han efectivamente aumentado sus cifras medias. Regiones como Asia sudoriental o América Latina y el Caribe han experimentado un gran aumento, con un incremento de unos 30 puntos en su tasa bruta de matriculación en ambos casos. África septentrional y Asia occidental también registraron una mejora considerable, con un aumento de 25 puntos, seguidos por Europa y América del Norte (22 puntos), Asia central y meridional y la región del Pacífico (17 puntos cada una). En comparación con el aumento relativo, Asia sudoriental multiplicó su tasa por tres durante el período, seguida de cerca por Asia central y meridional con un aumento del 189%.
África subsahariana, por contraste, ha obtenido el más bajo aumento en sus tasas de participación, con sólo 5 puntos. Sin embargo, si se considera el punto de partida de cada región en el año 2000, se puede observar que África subsahariana ha experimentado un alto incremento relativo, con un aumento de 125% a lo largo del período, similar al incremento relativo de América Latina y el Caribe. Además, es de suma importancia reconocer que muchos países de la región comenzaron este período con una matriculación de alrededor de, o por debajo del 1%. Aun así, el crecimiento ha sido insuficiente en relación a la creciente demanda impulsada por un mejor acceso a la educación primaria y secundaria, una creciente población joven, y el desplazamiento de los empleos desde la agricultura hacia la manufactura y los servicios.
Matriculación en educación superior por género, evolución desde 2000 hasta 2018
La matrícula de los hombres aumentó del 19% al 36%, mientras que la matrícula de las mujeres pasó del 19% al 41% desde 2000 al 2018, convirtiéndose en las principales beneficiarias del aumento de la matrícula de la educación terciaria en todo el mundo. En algunos países, esto ha servido para compensar total o parcialmente una proporción anteriormente desequilibrada con respecto a las mujeres. Así ocurrió, por ejemplo, en Tayikistán, Camboya, Laos, la República de Corea, Suiza, Marruecos, Bangladesh, India, Nepal y la mayoría de los países de África subsahariana, con los notables casos de Mozambique (con un índice de paridad entre géneros[1] que pasó de 0. 34 a 0,8), Mauritania (de 0,2 a 0,6), la República Unida de Tanzanía (de 0,27 a 0,65), el Níger (de 0,32 a 0,63), Mauritania (de 0,21 a 0,61) y Eritrea (de 0,15 a 0,71). Malí (0,47 a 0,42) es el único país, de los estudiados, con una proporción inferior a 0,8 en el que la proporción se ha estancado durante todo el período.
En términos agregados, en todas las regiones, excepto África subsahariana, las mujeres se convirtieron en la mayoría de los estudiantes de enseñanza superior o aumentaron su participación si ya eran mayoría. Sin embargo, pocos países han alcanzado la paridad de género, ya que la mayoría de ellos tienen una representación excesiva de uno u otro. Además, en muchos campos de estudio persiste una gran sobre-representación de uno u otro género, y las mujeres están sub-representadas en los estudios de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, STEM (por sus siglas en inglés), por ejemplo.
Inscripción por nivel de ingresos
A pesar del panorama general positivo del aumento promedio en los niveles de matrícula en todo el mundo, no todos los segmentos de la sociedad se benefician de igual manera de la educación superior. Sigue habiendo diferencias significativas en el acceso, en particular según los grupos de ingresos. La población más pobre sigue rezagada, con un 10% de acceso a la educación superior en 2018 en comparación con el 77% del sector de mayores ingresos en el mismo año.
En cuanto al aumento, los grupos de ingresos bajos y medio-bajos han duplicado con creces sus tasas de matriculación desde 2000, pero su aumento fue moderado en términos de puntos porcentuales. El grupo de ingresos medio-altos fue el que se benefició del mayor aumento: triplicó con creces su tasa de matriculación, con un incremento de 35 puntos porcentuales.
En la siguiente sección se abordan algunos de los factores que pueden explicar esta falta de equidad.
Obstáculos para lograr el acceso universal a la educación superior
El acceso a la ES es muy crucial para todos los países. Es la base de una amplia gama de asuntos críticos como la reducción del desempleo y la disminución de la pobreza. Sin embargo, no todos los países pueden proporcionar fácilmente un aumento en el acceso a la ES. Existen muchos obstáculos para lograr el acceso universal, entre ellos la pobreza, las crisis y las emergencias, las altas tasas de matrícula, los exámenes de ingreso exclusivos, la movilidad geográfica y algunas formas de discriminación.
Pobreza
Una de las razones por las que algunos estudiantes no están en IES es que sus familias no pueden pagar su educación. Los futuros estudiantes generalmente tienen que elegir entre asistir a la escuela o trabajar para mantener a sus familias. Otro problema crítico relacionado con la pobreza es la mala nutrición, que conduce a enfermedades y obstruye las capacidades educativas. Esto no sólo afecta a la matriculación en la ES, sino que la pobreza también afecta el rendimiento académico y la culminación de los estudios. Se ha demostrado que los porcentajes regionales de no matriculación varían de acuerdo con la incidencia del trabajo infantil (1). En África, por ejemplo, el crecimiento demográfico, una economía débil, el hambre y los conflictos armados han contribuido a mantener un alto nivel de trabajo infantil y una baja asistencia escolar. La baja tasa de matriculación en estos niveles de escolaridad más bajos afecta a la TBM terciaria, lo que puede explicar en parte la baja TBM en África subsahariana, que tiene la mayor incidencia de pobreza y trabajo infantil.
Crisis y Emergencia
La guerra y el conflicto tienen un impacto sistémico en la educación superior. Las universidades se ven perjudicadas por los ataques o la ocupación de grupos armados. El personal y los estudiantes son asesinados o enfrentan desplazamientos forzados, mientras que las instituciones se debilitan ya que los recursos financieros posteriores al conflicto se asignan primero a los servicios básicos. Los sistemas de enseñanza superior no suelen ser una prioridad durante la recuperación posterior a un conflicto. Hoy en día, sólo el 1% de las más de 65 millones de personas desplazadas por la guerra y el conflicto en el mundo asisten a la universidad. [2]
Obstáculos institucionales: altas tasas de matrícula y exámenes de ingreso exclusivos
Las dos principales barreras institucionales presentes en la mayoría de los sistemas de ES son las tasas de matrícula y los exámenes de ingreso. Los aumentos de la matrícula están muy claramente asociados a la disminución de las tasas de asistencia y de finalización de estudios. La universidad estará fuera del alcance de quienes provengan de hogares pobres y no tengan contribuciones financieras significativas. Los exámenes y requisitos de ingreso parecen ser un medio justificado para evaluar si los estudiantes están preparados para participar en un curso determinado. Sin embargo, en muchos casos, privilegian a los estudiantes de escuelas de alta calidad y a los que han podido pagar los cursos preparatorios. Los principios meritocráticos de las admisiones universitarias son difíciles de separar de las ventajas y desventajas sociales injustas. Por otra parte, la introducción de exámenes nacionales de ingreso estandarizados y acciones afirmativas en muchos países, por ejemplo, Brasil y Tayikistán, ha reducido esta brecha de ingreso. [3]
Movilidad geográfica
La participación en la enseñanza superior puede verse afectada por el domicilio de la persona y la distancia geográfica de las instituciones. Las razones de ello son complejas, ya que las disparidades regionales pueden deberse a factores socioeconómicos y geográficos. Sin embargo, el acceso a la educación superior en términos de distancia de viaje puede ser un problema muy real para algunos, en particular para aquellos que viven en zonas remotas o rurales (2), y donde las IES se encuentran concentradas en las zonas urbanas del país.
Discriminación
Las personas con discapacidades a menudo enfrentan problemas de accesibilidad física, como la falta de rampas o transporte escolar adecuado, lo que dificulta el acceso a las IES. Los refugiados a menudo encuentran barreras administrativas que les impiden matricularse, excluyéndolos efectivamente de los sistemas educativos. Éstas incluyen la falta de infraestructura de apoyo y de docentes capaces de abordar los problemas y diferencias culturales, el no reconocimiento de los títulos preuniversitarios obtenidos en sus países de origen, y la falta de conocimientos sobre el acceso a las oportunidades y la documentación necesaria para las solicitudes de becas (3).
Impulsores para lograr el acceso universal a la educación superior
El aumento del acceso a la ES en los últimos 20 años es el resultado de muchos factores, entre ellos un conjunto de fuerzas impulsoras que incluyen: el desarrollo económico, el aumento de las aspiraciones de la clase media, el crecimiento de las instituciones privadas y el crecimiento de las instituciones de educación a distancia.
Desarrollo económico
El crecimiento de la participación en la ES a menudo se representa como una función de la necesidad económica de más habilidades y una mayor productividad en los mercados de capital humano (4). Existe una relación bien establecida entre el crecimiento del producto interno bruto (PIB) y la matrícula en educación terciaria. Esta relación es particularmente fuerte para las economías emergentes con un PIB per cápita menor a US $ 10,000, donde un pequeño aumento en el PIB contribuye a un aumento significativo en la tasa de la matrícula. En la práctica, es probable que esto refleje el aumento de los ingresos familiares, una mayor riqueza, el crecimiento de las clases medias, la demanda de los padres de proporcionar a sus hijos una educación terciaria y un mayor grado en la demanda de habilidades de economías estructuralmente cambiantes. También puede reflejar una mayor capacidad fiscal de los gobiernos para financiar y ampliar el acceso a la educación terciaria (5). Las altas tasas de crecimiento experimentadas en el Asia meridional pueden ser la razón por la que la TBM de la región está aumentando a un ritmo acelerado.
Aumento de las aspiraciones de la clase media
La expansión de la ES está impulsada por el crecimiento económico, por las ambiciones de las familias de avanzar o mantener su posición social y de los estudiantes para su autorrealización. En las sociedades contemporáneas, esos deseos, en particular las esperanzas que tienen los padres para sus hijos, se han centrado principalmente en la educación formal, que se considera el camino privilegiado hacia el trabajo profesional. Con el tiempo, la demanda social hacia la ES se acumula y la oferta de ES se vuelve amplia, creciente y cada vez más ubicua. Así, los deseos universales de mejora social se articulan a través de sistemas de ES que se están expandiendo. Los países de ingresos medios con tasas de crecimiento rápido en educación superior tienen algunas cosas en común. Junto con un grupo creciente de estudiantes elegibles, tienen una clase media en crecimiento con mayores aspiraciones ocupacionales y un entorno regulatorio que se está volviendo más estable. Proporcionan fondos para la infraestructura educativa y para los salarios y el desarrollo de los docentes, el personal y los administradores (4).
Crecimiento de las instituciones privadas
Las IES se están diversificando junto con su alumnado. Las instituciones privadas, en particular, han crecido en número, tamaño, especialización y misión. Han surgido nuevos tipos de proveedores privados, que incluyen la prestación transnacional en forma de campus filiales internacionales y proveedores internacionales en línea (6). Estos están creando más lugares en los sistemas de educación superior, al tiempo que muchos gobiernos reducen su función de financiación directa en la educación superior. Las matriculaciones privadas han ido creciendo de manera constante: ahora representan el 30% de todas las matriculaciones mundiales (7). En América Latina y el Caribe, las matrículas privadas representan el 49% del total. En Brasil, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Perú, más del 60% de los estudiantes en 2015 estaban matriculados en instituciones privadas, junto con más del 80% de los estudiantes en Chile y Paraguay. En Asia, las matriculaciones privadas representan un promedio de 36%, donde países como Indonesia, Malasia y Tailandia están experimentando la misma tendencia. Es importante señalar, sin embargo, que existen dudas sobre la calidad de las IES privadas a nivel mundial. Si bien han contribuido de manera significativa a la expansión de la ES en todas las regiones, otorgando acceso a la educación terciaria a muchos estudiantes, esto a veces ha ocurrido a costa de la calidad. Además, en muchos países, por ejemplo en la región de América Latina y el Caribe, las clases medias y altas son las que se benefician de una educación de calidad proporcionada por las instituciones públicas, mientras que los estudiantes de bajos ingresos tienen acceso con mayor frecuencia a instituciones privadas de menor calidad.
Crecimiento de las instituciones a distancia y abiertas
Similar a las instituciones privadas, las instituciones de educación a distancia y abierta igualmente han crecido, como resultado también de las nuevas tecnologías y la difusión de Internet. En lugar de programas de investigación u otros tipos de estudios especializados, muchas instituciones nuevas brindan programas de acceso amplio que tienen criterios de ingreso menos estrictos (7). Los proveedores de educación abierta también están ganando terreno. Por ejemplo, las tasas brutas de matriculación en Turquía crecieron del 30% en 2004 al 86% en 2014, en parte debido a las matriculaciones en educación a distancia.
Recomendaciones
Para aumentar aún más el acceso a la ES, las siguientes medidas son cruciales para los encargados de formular políticas y las IES, teniendo especialmente en cuenta la inclusión y retención de las personas vulnerables:
Para los legisladores:
- Desarrollo de mecanismos nacionales para evaluar el progreso para garantizar el derecho a la ES y la inclusión a nivel nacional de acuerdo con las normas y estándares internacionales.
- Provisión de apoyo adicional a los estudiantes considerados como individuos “en riesgo”, en términos de necesidades académicas y necesidades socio-económicas para permitirles el acceso a la ES y aumentar la permanencia.
- Provisión de apoyo financiero continuo: becas y ayudas económicas para IES que tengan un número importante de estudiantes de grupos vulnerables.
- Evaluación y seguimiento de los criterios de admisión de las instituciones para asegurar que todos los estudiantes tengan una oportunidad justa de ingresar a las mejores universidades, independientemente de sus antecedentes.
- Establecer puntos de referencia con organismos como la UNESCO para compartir experiencias exitosas y encontrar soluciones sólidas que sean participativas e inclusivas.
Para las IES:
- Generación de datos desagregados por sexo, discapacidad, raza, origen étnico o social, situación económica, religión, idioma, ubicación geográfica y cualquier otra situación para asegurar la visibilidad de todos los grupos de estudiantes en relación con la matrícula y la graduación, identificando así a los estudiantes que necesitan más apoyo por variables familiares, deficiencias académicas, nivel socioeconómico, etc.
- Provisión de programas puente para ayudar a compensar la menor preparación académica de ciertos estudiantes de entornos desfavorecidos.
- Participación en conversaciones sobre raza/género/desigualdad y desarrollo de campañas que refuten la imagen de selectividad de las IES: los estudiantes de grupos desfavorecidos pueden sentirse más bienvenidos en las instituciones y saber que sus luchas son reconocidas por las IES.
- Uso de la tecnología para aumentar aún más el acceso. La tecnología ha demostrado mejorar el acceso a la educación superior, especialmente a través del uso del aprendizaje abierto, a distancia y en línea que ha permitido el acceso a la educación superior a bajo costo. Aprovechar la tecnología adecuada sigue siendo un aspecto importante en el que debe centrarse. Los teléfonos móviles son particularmente útiles aquí dada su amplia disponibilidad y los costos cada vez más asequibles.
Referencias:
- British Council. (2012). The Shape of Things to Come: Higher Education Global Trends and Emerging Opportunities to 2020. British Council: Manchester.
- Kinser, K., & Lane, J. E. (2012). Foreign Outposts of Colleges and Universities. International Higher Education, 66, 2–3.
- Marginson, S. (2016). The Worldwide Trend to High Participation Higher Education: Dynamics of Social Stratification in Inclusive Systems. Higher Education, 72, 413–434.
- F. (2010). Barriers to Widening Access to Higher Education. Scottish Parliament Information Centere: Gàidhlig.
- Putnick, D. L., & Bornstein, M. H. (2015). Is Child Labor a Barrier to School Enrollment in Low- and Middle-Income Countries? International journal of educational development, 41, 112–120. https://doi.org/10.1016/j.ijedudev.2015.02.001
- Sherab, D. (2016). Access to Higher Education for Refugees in Jordan. Arab Renaissance for Democracy and Development: Amman.
- (2017). Six Ways to Ensure Higher Education Leaves No One Behind. Policy Paper 30.
[1] El índice de paridad entre los géneros es el resultado de dividir la tasa de matrícula de las mujeres por la de los hombres. En este índice, 1 representa la perfecta igualdad de género, las cifras por debajo de 1 la sub-representación de las mujeres y las cifras por encima de 1 la sobre-representación de las mujeres. Por ejemplo, una proporción de 0,6 significa que hay 0,6 mujeres por cada hombre que estudia en la enseñanza superior, mientras que una proporción de 1,67 significa que hay 0,6 hombres por cada mujer que estudia en la enseñanza superior.
[2] https://reliefweb.int/topics/education-emergencies
[3] https://emmasabzalieva.com/2015/05/15/university-admissions-reform-in-tajikistan/
Por Daniele Vieira, Takudzwa Mutize y Jaime Roser Chinchilla | 21 de diciembre de 2020
Daniele Vieira es analista de políticas en UNESCO IESALC. Takudzwa Mutize y Jaime Roser Chinchilla son analistas asistentes de políticas en UNESCO IESALC.
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