Ecuador afronta los retos del Desarrollo Sostenible y el cumplimiento de la agenda 2030
La Universidad UTE de Ecuador y su Departamento de Vinculación con la Comunidad presentó el Master Class Internacional: “Desarrollo Sostenible y Cumplimiento de la Agenda 2030” en el que participaron Mireya Villacís, coordinadora general de la Fundación Futuro Latinoamericano; Juan Pablo Guzmán, representante de la Vicepresidencia de la República de Ecuador; y Débora Ramos, especialista académica del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC). Ellos fueron los encargados de presentar su análisis sobre cómo se están asumiendo en el Ecuador los desafíos que representan el desarrollo sostenible y el cumplimiento de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
El programa inició con la participación de Villacís, quien habló sobre el desarrollo de la agenda global de desarrollo sostenible y sobre el avance de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel nacional y el rol de la sociedad civil. En su presentación identificó los problemas estructurales que atraviesa el país, la crisis económica acentuada por la pandemia, así como también las dificultades que conllevan al cambio climático y al colapso de la biodiversidad. Al abordar los retos que plantea el desarrollo sostenible destacó que “Se requiere de un cambio de paradigma que permita dar respuestas integrales a la crisis sistémica que vive actualmente el mundo y la humanidad”. Recalcó la importancia del desarrollo sostenible y para ello comentó que se requiere del trabajo unificado de todos los sectores de la sociedad, ya que el desarrollo sostenible es responsabilidad de todos. Entre los obstáculos para el logro del desarrollo sostenible en Ecuador, destacó el poco conocimiento de los ODS, la falta de articulación entre actores de distintos sectores, y la capacidad limitada tanto para la autogestión de recursos como para la producción de datos estadísticos e de indicadores.
Juan Pablo Guzmán, subsecretario de relacionamiento y articulación al desarrollo sostenible de la Vicepresidencia de la República de Ecuador, abordó su exposición desde el enfoque de la desnutrición crónica infantil como indicador de retroceso en el desarrollo para el país. En Ecuador existe un 23% de niños menores de 5 años con desnutrición según los datos alcanzados en el 2018.
Para Guzmán, más allá de ser éste un tema moral, representa un impacto macroeconómico ya que, según estimaciones del Banco Mundial, por cada dólar invertido en nutrición durante los primeros 1.000 días de vida de una persona se obtienen 30$ de beneficios relacionados con educación y salud, sumado al impacto que generará en el crecimiento y desarrollo social del país: “Ya que un niño bien nutrido, según las cifras de UNICEF, tiene posibilidades de mejorar en al menos un 22% sus ingresos futuros en relación con un niño que sufre de desnutrición”. Ecuador es el segundo país en la región con la peor tasa de desnutrición, señala el subsecretario, por lo que urge atender la política pública que se enfoque en la desnutrición infantil. Guzmán dio a conocer los retos y los avances, entre los que destacan: el establecimiento de un modelo de articulación intersectorial para el cual se desarrolló una estrategia de intervención a nivel nacional, con definición de la población objetivo y el establecimiento de un paquete priorizado de prestaciones.
Para cerrar el evento, tomó la palabra Débora Ramos, especialista académica del IESALC, quien presentó la contribución de la educación superior para el cumplimiento de la Agenda 2030. Ramos destacó cómo la pandemia del COVID-19 ha servido para reforzar la vigencia de los objetivos de desarrollo sostenible como modelo de desarrollo capaz de eliminar la pobreza extrema, generar empleos de calidad y garantizar una vida próspera sin dejar a nadie atrás.
La hoja de ruta que representa la Agenda prioriza la educación inclusiva y de calidad en todos los niveles de formación “el papel de las instituciones de educación superior y universidades en particular es clave para la implementación de la Agenda 2030 y la consecución de las metas englobadas de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible que contempla”, aseguró la especialista del IESALC. Para Ramos, la educación superior es incuestionablemente un potencializador de la innovación y de ciudadanos con sentido humano. Sin embargo, la presión en la gestión a la que se ven sometidas las instituciones de educación superior (IES) y las universidades ha creado una crisis en su desenvolvimiento, ya que deben hacer más pero con menos recursos.
Revelan los estudios de calidad sobre la contribución de las IES a los ODS que, ante la pandemia, han sido las universidades las que más exigencias han puesto sobre sus hombros. Seguidamente, presentó los pilares de la práctica de la sostenibilidad en las IES. El primero es el diseño de un plan estratégico de sostenibilidad que permita ejecutar prácticas cotidianas, el segundo es la progresiva transformación de las prácticas institucionales en ámbitos decisivos para la sostenibilidad, que involucra tanto el diseño del mantenimiento de los edificios de la institución hasta el tratamiento de los desechos y residuos sólidos; y el tercer pilar se traduce en la generación de campañas de sensibilización con mensajes claros para lograr poco a poco la transformación de algunos comportamientos que impidan o distorsionen el logro de la meta de sostenibilidad. Si bien estos pilares implican un costo, este se debe entender como una inversión para el presente y el futuro “Quien se forma en una institución sostenible que le ayude a crear conciencia de sostenibilidad y le ofrezca oportunidad de crear hábitos en su comunidad, se comportará como un ciudadano responsable”.
El actual desafío para las IES y universidades, indispensables para la transformación de las sociedades, es que estamos a 10 años de cumplir la fecha establecida para alcanzar los objetivos y metas fijadas, y es necesario el trabajo y colaboración de todos los sectores. Por ello la conformación de redes o consorcios interuniversitarios de articulación intersectorial se hace indispensable hoy en día para avanzar, concluyó Ramos.
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