“La consulta regional propicia la riqueza y la diversidad de perspectivas con miras a la Tercera Conferencia Mundial de Educación Superior 2022”, Francesc Pedró
El director de UNESCO IESALC aseguró que esta edición de la Conferencia Mundial ha querido tener un carácter altamente participativo, facilitando que cualquier persona o entidad pueda hacer sentir su voz, favoreciendo así la pluralidad y el multilateralismo
La UNESCO ha anunciado la Tercera Conferencia Mundial de Educación Superior que se celebrará en Barcelona (España) en mayo de 2022, invitando a las distintas oficinas regionales a realizar consultas preparatorias. En este contexto, el Instituto Internacional de la UNESCO para la educación superior en América Latina y el Caribe (IESALC) ha iniciado un proceso amplio de consulta, conjuntamente con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Santander Universidades.
Para comprender mejor el alcance de esta consulta regional y sus objetivos, entrevistamos a Francesc Pedró, director de UNESCO IESALC.
—¿Por qué una nueva Conferencia Mundial de Educación Superior?
—La Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO es un encuentro internacional para fomentar el diálogo global, la reflexión y el debate sobre la educación superior, que se organiza una vez cada década. Se realiza una nueva Conferencia Mundial porque se requieren nuevos conocimientos, ideas innovadoras, alianzas creativas y producir una coalición ampliada y revitalizada de la comunidad internacional de educación superior en apoyo de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. En esta tercera edición, el objetivo final es el de contribuir a diseñar la agenda en materia de educación superior que la UNESCO promoverá en los próximos diez años. Es, por tanto, importante porque como agencia intelectual de las Naciones Unidas podemos contribuir a un mejor desarrollo de las políticas de calidad y de equidad en educación superior en todo el mundo. Para ello es imprescindible garantizar la máxima apertura y transparencia, facilitando que cualquier actor pueda expresar sus puntos de vista y proponer sus prioridades.
—¿En qué se diferencia de las conferencias anteriores?
—Fundamentalmente en dos cosas. La primera es que, gracias al impulso que el uso de las tecnologías para la comunicación ha recibido durante la pandemia, se propone por vez primera una conferencia híbrida, es decir, una conferencia que combinará los intercambios entre las personas participantes presencialmente y aquellas otras que lo harán a través de una plataforma específicamente diseñada para este fin. En más de un sentido, puede ser tomada como una prueba piloto de lo que, a partir de ahora, serán las conferencias de la UNESCO: híbridas y con la voluntad de favorecer aun más una participación inclusiva. La segunda diferencia radica en el énfasis del objetivo final: no se persigue una declaración consensuada entre los Estados Miembros, sino rediseñar la agenda de la educación superior de la UNESCO para los próximos diez años proponiendo una nueva hoja de ruta inspiradora a escala global y significativa y relevante a escala local.
—¿Cuál sería, entonces, la relación entre las conferencias mundiales y las regionales, como la celebrada en Córdoba (Argentina) en 2018?
—América Latina y el Caribe es la única región del mundo que tiene su propio acervo en materia de conferencias regionales de educación superior. Suponen un esfuerzo encomiable por encontrar consensos a escala regional que permitan el desarrollo de la educación superior con mayor calidad, equidad e inclusión. En más de un sentido, la región tiene la fortuna de contar con este patrimonio que tiene que ser llevado a los debates en la Conferencia Mundial. De hecho, ya está presente a través de las declaraciones finales de las tres conferencias regionales previas. Pero no hay que olvidar que, desde la exitosa Conferencia Regional de Córdoba en 2018, donde se conmemoró la Declaración de Córdoba de 1918, la pandemia ha trastocado completamente tanto el contexto como la realidad de la provisión de educación superior en la región. Sus efectos, como hemos documentado en UNESCO IESALC, se dejarán sentir durante mucho tiempo.
—¿Por qué una consulta regional previa a la Conferencia Mundial?
—La UNESCO es plenamente consciente de las dificultades que la pandemia ha generado para organizar, como tal vez hubiera sido deseable, conferencias regionales. Precisamente por esta razón ha sugerido que las oficinas regionales, y en el caso de América Latina y el Caribe, UNESCO IESALC organicen amplias consultas participativas y abiertas cuyos resultados sean llevados a la Conferencia Mundial. En nuestro caso, hemos querido completar esta consulta participativa con debates abiertos, uno por cada uno de los diez temas que configuran la agenda de la Conferencia Mundial, a los que hemos invitado a representantes de los distintos actores: gobiernos, instituciones de educación superior, organizaciones de profesores y de estudiantes, así como a redes regionales y especialistas académicos, empezando por las direcciones de las cátedras UNESCO sobre educación superior. En definitiva, queremos propiciar que la riqueza y la diversidad de perspectivas tanto gubernamentales como de los distintos actores, incluyendo las instituciones, por supuesto, encuentren vías de expresión, respetando al mismo tiempo que ellas mismas puedan generar sus propios procesos consultivos y llevar directamente sus propuestas a la Conferencia Mundial. El carácter híbrido de esta conferencia sin duda lo facilitará. Esperamos así conseguir una altísima participación que convierta esta tercera edición en un nuevo hito.
—¿Cuál es la posición del UNESCO IESALC sobre los principios en los que debe fundamentarse la educación superior?
—Necesitamos, tras la pandemia, retomar la conversación para reafirmar los principios fundamentales que la UNESCO propugna en educación superior: que es un bien público y social y que, por consiguiente, existe un derecho universal a ella, por una parte, y que, por otra, el Estado es el garante de ese derecho. También garantizar la imprescindible autonomía institucional de las universidades, que las hace no solo formadoras de personas sino generadoras de conocimientos y saberes y transformadoras de nuestras sociedades. Como antes comenté, la Conferencia Mundial, y las consultas preparatorias a escala regional que se están desarrollando, no están orientadas a la proclamación de una declaración sino a la definición de la agenda de la UNESCO en educación superior para la próxima década -tal y como solicitó la Conferencia General de la UNESCO en 2020. Este proceso no se equipara al de una conferencia regional ni mucho menos; al contrario, cada una de las actividades inicia con una presentación del acervo acumulado en las conferencias regionales, precisamente para garantizar que construimos sobre una base sólida. Es importante destacar el papel que, en este sentido, la Oficina de Seguimiento de la CRES 2018, que cuenta con el apoyo del IESALC, estaría llamada a desempeñar para mantener el énfasis en los compromisos ya adquiridos.
—¿De qué modo llegarán las conclusiones de esta consulta regional a la Conferencia Mundial?
—Las conclusiones de cada uno de los coloquios así como de la consulta abierta se irán haciendo públicos progresivamente y quien lo desee podrá hacer sus aportaciones y comentarios; es la enorme ventaja que tenemos al contar con el apoyo de la tecnología. El resultado final, junto a las restantes aportaciones que se hagan llegar a través de los canales que la UNESCO ha dispuesto, servirán para alimentar las discusiones que tendrán lugar en la Conferencia Mundial.
—¿Participar en esta consulta es la única forma de hacer llegar la propia voz a la Conferencia Mundial?
—Por supuesto que no. La consulta regional es solo una de las múltiples actividades que, en el marco de los trabajos preparatorios de la Conferencia Mundial se están desarrollando, tanto en nuestra región como en otras. Nos enorgullece poder contar como aliados a la SEGIB y a la OEI, que son junto a la UNESCO, los dos organismos multilaterales más importantes en materia de educación superior en la región, y también con el BID, que es quien financia un número importante de proyectos en materia de calidad y equidad en el sector en distintos países; y Banco Santander, que es a escala mundial, y también de la región, la principal fuente de ayudas financieras a los estudiantes universitarios. Pero es importante destacar que no buscamos declaraciones conjuntas, sino propiciar los debates desde perspectivas distintas y complementarias; en definitiva, que una pluralidad de voces, que representan la riqueza de la región, encuentren un canal más de expresión.
—¿Cómo hacer para participar?
—Toda la información está disponible en nuestro sitio web, www.iesalc.unesco.org en la que anunciamos cada coloquio oportunamente. Además, se puede participar en la consulta abierta.
—¿Y si se desea hacer llegar directamente una contribución a la Conferencia Mundial, cómo hay que hacer?
—Basta con seguir las instrucciones del sitio web de la Conferencia. Me gustaría añadir que hay gran cantidad de organizaciones y redes de instituciones de educación superior, así como especialistas académicos de la región, que están preparando sus propias contribuciones a la Conferencia Mundial, que en su tercera edición ha querido tener un carácter altamente participativo, facilitando que cualquier persona o entidad pueda hacer sentir su voz desde una perspectiva que favorece la pluralidad y el multilateralismo. De hecho, el IESALC viene participando desde hace un año en gran cantidad de actividades consultivas sobre la Conferencia Mundial que se han lanzado tanto a escala regional, como nacional e incluso institucional, de una pluralidad de actores y sectores. Del mismo modo, nos hemos ofrecido a facilitar que cualquier organización o institución pueda hacer llegar sus aportaciones a la Conferencia Mundial, en variedad de formatos, o a contribuir a sus propios debates. Si se nos pide participar, allí estaremos. En este proceso altamente inclusivo de contribución a la agenda de la UNESCO en educación superior, las voces de todos los actores son imprescindibles.
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