Enfoques políticos eficaces para reducir la brecha de género en el mundo académico
En las últimas décadas, la proporción global de mujeres en el personal docente de las IES ha pasado de casi el 35% en 1990 a cerca del 45% en 2020. Sin embargo, tras esta tendencia general positiva se esconde una realidad diferente para las mujeres, ya que su progresión profesional se ve a menudo obstaculizada por una serie de “techos de cristal y suelos pegajosos”. En reconocimiento del Día Internacional de la Mujer, UNESCO IESALC ha publicado un informe de políticas para presentar la situación actual de las desigualdades de género en el mundo académico y proponer medidas de políticas públicas para aumentar el acceso de las mujeres a todos los niveles de los puestos académicos.
La progresión profesional en el mundo académico suele seguir trayectorias bien establecidas, que parten de la obtención del doctorado para ascender gradualmente a los puestos de profesor asociado, profesor titular y líder académico. Cada uno de estos pasos requiere seguir procesos de promoción que pueden contener barreras estructurales para el avance de las mujeres. Para hacer frente a las diferencias de género en los puestos académicos, los gobiernos pueden recurrir a una amplia gama de medidas que utilizan cinco tipos de instrumentos de políticas públicas: regulación, financiación, información, prestación de servicios y colaboración.
En general, las estrategias eficaces para promover la representación de las mujeres en los puestos académicos suelen requerir las políticas públicas de género generales para el conjunto de la sociedad como línea de base (abordando la violencia contra las mujeres, promoviendo la conciliación de la vida laboral y familiar, abordando la igualdad salarial, etc.) complementadas con una serie de políticas específicas dirigidas a la educación superior.
Entre las medidas de política dirigidas a la educación superior, es fundamental implementar sistemas de seguimiento para recopilar datos sobre la distribución de género en las diferentes etapas de la carrera académica, ya que los factores que contribuyen a la desigualdad de género en el mundo académico varían significativamente de un país a otro, de una institución de enseñanza superior a otra y a lo largo del tiempo. Los sistemas de seguimiento permiten identificar dónde se producen las brechas en la igualdad de género y aplicar el conjunto de políticas más adecuado para abordarlas.
Si la brecha de género ya está presente en la inscripción de estudiantes, la política tendría que abordar en primer lugar las barreras culturales y estructurales que discriminan a las niñas en el sistema educativo. Si las principales brechas de género se detectan en el nivel de doctorado o en los primeros puestos de la carrera profesional, las políticas deberían dirigirse a aumentar el atractivo de la profesión académica para las mujeres. Si las diferencias de género se dan en los puestos académicos más altos, las políticas deberían centrarse en cambiar las prácticas de nombramiento en las IES exigiendo el uso de una diversidad de indicadores de rendimiento o cuotas de género.
Algunos gobiernos también desarrollan iniciativas específicas para apoyar la progresión de las mujeres en el mundo académico, como programas de financiación u oportunidades de formación, tutoría y creación de redes para mejorar las oportunidades de las mujeres de acceder a puestos de liderazgo. Muchas de estas medidas deberían ser diseñadas
conjuntamente por los gobiernos y las universidades, dada la gran autonomía de las IES y su diversidad.
La variedad de opciones políticas que los gobiernos pueden utilizar para abordar las desigualdades de género en el mundo académico se analiza con más detalle en el último informe de política de UNESCO IESALC, junto con ejemplos concretos de países. La sensibilización sobre estas diferentes políticas, así como sobre sus posibles usos y limitaciones, es fundamental para alimentar la conversación más amplia sobre la distribución de género en el mundo académico y llenar la necesidad de estrategias basadas en pruebas para poner fin a las desigualdades persistentes.
Autores:
Victoria Galán-Muros, Mathias Bouckaert y Jaime Roser
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